Un hombre va al médico:
- Doctor, mi mujer es más fría que un témpano.
- Dele media pastilla de estas después de cenar.
El hombre piensa: si mi mujer se calienta con media pastilla, y yo me tomo la otra media, vamos a pasar los dos una noche de lujuria y desenfreno.
Pensado y hecho.
La mujer:
- Pepe, cariño, ardo en deseos de una POLLA ENORME. ¡Qué caliente estoy!
- María, yo también estoy muy caliente y ardo en deseos de una POLLA ENORME.
Conclusión: Nunca te automediques.