Publicado originalmente en 1844 el libro está considerado "uno de los relatos más bellos en lengua alemana" y es también uno de los más ricos y alusivo.
La obra cuenta la relación entre Brigitta, una mujer marcada por la fealdad física, y el comandante Bathory (Stephan Muray según se descubre hacia el final), un brillante modelo de belleza masculina.
El argumento tiene un giro final sorprendente, la fuerza de la narración se mantiene sobre reflexiones estéticas, y a falta de belleza física la protagonista lo que muestra es el esplendor de sus actos, o lo que podríamos denominar como belleza interior y belleza exterior.
Adalbert Stifter constituye un fenómeno singular: considerado un clásico en todos los cánones y libros de texto escolares, apenas es leído; si algunos lo veneran y otros lo rechazan, la mayoría lo hace por razones equivocadas. No debe sorprender que, por debajo de la asténica recepción oficial, fluya una comprensión más subterránea de herederos vigorosos; sus admiradores son casi la lista de los grandes nombres de la literatura en alemán: Nietzsche, Hofmannsthal, Kafka, Rilke, Hesse, Walter Benjamin o Thomas Mann, que hallaba en Stifter a «uno de los narradores más singulares, enigmáticos, secretamente audaces y extrañamente cautivadores de la literatura mundial».
Brigitta (publicado originalmente en 1844) está considerado «uno de los relatos más bellos en lengua alemana» y es también uno de los más ricos y alusivo.