Esta mañana al salir a patrullar, hallamos muerto al soldado Adrián. Como manda el reglamento procedimos a buscar los objetos que llevara. Sólo hallamos esta carta:
"Querida Milagros, llevo seis días aquí. Te echo de menos, no puedo vivir sin ti. He visto las explosiones brillando a mi alrededor. Tengo miedo, no lo oculto, sólo me queda tu amor. Por ahora la suerte me ha sonreído; necesito verte, aquí no hay amigos; no estaría de más que alguien me explicara, qué tiene esto que ver contigo y conmigo. Querida Milagros, queda tanto por vivir. Sería absurdo dejarse la piel aquí. Querida Milagros, aún no he podido dormir. Un sueño frío me anuncia que llega el fin. Cuando leas esta carta háblales a las estrellas, desde que he llegado aquí sólo he hablado con ellas. He visto a los hombres llorar como niños; he visto a la muerte como un ave extraña, planear en silencio sobre los caminos, devorar a un sol que es tuyo y es mio. Querida Milagros, llevo seis días aquí. Te echo de menos, no puedo vivir sin ti. Querida Milagros, llevo seis días aquí. Muchos han muerto, casi todos moriran. Querida Milagros, me tengo que despedir siempre te quiere: tu soldado Adrián."